Datos y curiosidades sobre la Industria Bellenera en Euskadi.
La pesca de ballenas era una actividad habitual durante el final de la Edad Media hasta el siglo XXVII alcanzando su punto álgido al final del siglo XVI y principios del XVII.
Los vascos dominaron su pesca por todo el Mar Cantábrico durante más de 500 años.
La industria ballenera tuvo un gran impacto en el País Vasco, ya que fueron los que desarrollaron e inventaron su pesca.
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La Ballena Franca
Tras la pesca masiva, las ballenas fueron prácticamente extintas en la bahía de Vizcaya. Su pesca duró desde el siglo VIII hasta 1901 que se cazó la última ballena en el puerto de Orio.
Las ballenas se extiguieron comercialmente en 1670, pero después seguían llegando ocasionalmente
Durante el siglo XIX únicamente se capturaron 4 ballenas:
- Hondarribia en 1805
- San Sebastián 1854
- Getaria-Zarautz el 11 de febrero de 1878
- San Sebastián en 1893
- Orio 1901 (la última)
Los cetáceos más comunes en el Mar Cantábrico era la ballena franca glacial, también conocida como la «Ballena de los Vascos«.
Esta especie era muy dócil, con movimientos lentos en superficie y muy cerca de la costa, de ahí que su pesca fuera relativamente sencilla.
La ballena Franca medía unos 15 metros y pesaba alrededor de 60 toneladas
Incluso su cuerpo flotaba después de muerta, así podía ser remolcada con facilidad hasta la costa donde era despiezada. La flotabilidad de las ballenas depende de su proporción de grasa.
Además su alto contenido en grasa las hacían muy valoradas en la época
Actualmente la ballena franca está muy protegida por su escaso número (se estima en unos 400). Su principal amenaza es que se enredan en las redes de pesca o chocan contra los barcos.
- La grasa o aceite (saín) era como el petróleo de hoy en día. Muy preciado y se usaba como combustible para las lámparas e iluminar las ciudades. El aceite de ballena se quemaba sin dejar humo ni olor. También como lubricante.
- La carne también se comía, es muy fibrosa y de sabor fuerte. Aunque no era muy popular en España, sí se salaba y se vendía en Francia.
- Los huesos para fabricar muebles, para la construcción de casas o simplemente como elementos decorativos.
- Las barbas de las ballenas son unas láminas alargadas de forma triangular. Es un material muy flexible y resistente a la torsión. Serían lo que son los plásticos hoy en día. Se usaban para los corsés o los paraguas.
- El esperma, conocido como Espermaceti o directamente "blanco de ballena" era muy preciado para la industria cosmética, ungüentos y para usarlo de lubricante. Cada ballena podía llegar a tener hasta 2 toneladas.
La Caza de la Ballena
Cazar una ballena requería una técnica compleja que inventaron y fueron depurando los vascos. Todo empezaba cuando el vigía daba la voz de alarma, entonces salían las barcas (chalupas) que aguardaban en el puerto ya preparadas.
Un pescador desde la chalupa llevaba un arpón que intentaba clavar a la ballena. El arpón o lanza estaba atado con una cuerda a la chalupa, con el riesgo que ello conlleva.
La pesca era una hazaña heroica, donde sólo los más atrevidos marineros se jugaban la vida en cada salida, que muchas veces regresaban a puerto sin premio.
Las ballenas francas venían a las costas del Mar Cantábrico a parir y cuidar a sus crías. La ballena france tenía una peculiaridad: las madres nunca se separaban de sus crías. Los pescadores lo sabían, por ello atacaban y mataban primero a las crías, para luego cazar a la madre.
Una de las causas de la extinción es que los pescadores cazaban también a las crías
El reparto de los beneficios
En tierra la ballena se subastaba y se adjudicaba al mejor postor
De lo que se sacaba de la venta de la ballena, se pagaba el vino y el pan de los marineros que habían participado en su pesca. A continuación el salario del vigía que había alertado (4 reales de vellón por noche). Entre los cortadores, 4 reales de plata por jornada. De lo sobrante, un tercio iba para los dueños de las chalupas y el resto se repartía entre los marineros.
Las grandes expediciones balleneras
La industria ballenera vasca no sólo cazaban en aguas del Golfo de Vizcaia, sino que salían a aguas internacionales en dirección a Inglaterra, Islandia o incluso Canadá. Para estos grandes viajes llevaban grandes naos o carabelas de apoyo. La expediciones duraban meses y volvían con las bodegas llenas.
La carabela más famosa es el Nao San Juan, que se construyó en los astilleros de Pasajes y se hundió en 1565 en las costas canadienses. Se dice que fue el barco más famoso y conocido de la época. Actualmente se está construyendo una réplica en el Museo-Astillero Albaola usando las mismas técnicas tradicionales.
Los puntos de observación ballenera
Desde lo alto del Monte Ulía los avistadores de ballenas la presencia cetáceos cerca de la bahía y advertían a los balleneros que esperaban en el puerto.
Los oteadores se apostaban en rocas altas elegidas estratégicamente y alertaban con señales de fuego quemando un poco de paja, con un tambor, una campana o agitando una bandera.
Los puntos de vigía o atalaya todavía se pueden visitar hoy en día, subiendo a las mismas rocas. Aunque algunas de ellas están cubiertas de vegetación y ya no se tiene la misma panorámica que por aquel entonces.
La Peña del Ballenero en Ulía es un monolito que recuerda a todos estos héroes balleneros. Se encuentra muy cerca del «Chalet de Peñas».
La última ballena capturada
La última ballena se pescó el 14 de mayo de 1901 en Orio, y hay una fotografía de ella. La cazaron entre 5 chalupas con un total de 55 hombres .
El espectáculo de ver a una ballena cazada
En épocas donde no existía Netflix ni Amazon Prime, ver cómo descuartizaban a una ballena era un espectáculo que te podías perder. De hecho, cuando la llevaban a puerto, la gente quería ver semejante animal.
Los pescadores llegaban a cobrar por presenciar a la ballena muerta. De hecho, se tiene constancia de que se fletaron trenes especiales desde San Sebastián hacia Orio en 1901 para ver la última ballena capturada.
La penúltima ballena
El esqueleto de la penúltima ballena cazada en aguas vascas (11 de febrero de 1878) está actualmente expuesta en el Aquarium de San Sebastián. Fue reconstruida y restaurada en 1930. Una de los 3 esqueletos completos de ballena franca que se conservan en Europa y el único de España (Copenhague y Nápoles).
Además hay una historia cusiosa detrás de esta ballena:
Fue interceptada por varios barcos procedentes de Getaria y Zarautz y uno de Orio. La ballena fue arponeada y matada desde una embarcación de Getaria, pero en la zona en línea costera con Zarautz.
Las trifurcas y desacuerdo desencadenó en un jucio, pero se pudrió antes de que hubiera una decisión. La ballena fue remolcada hasta San Sebastián mientras se resolvia el conflicto, y aquí se quedó su cuerpo.
La Rivalidad entre las Cuadrillas de Pescadores
Los balleneros utilizaban las «chalupas», unas barcas a remos con unas 8 – 11 personas. Uno de ellos llevaba el arpón para dar muerte a la ballena
Cuando los pescadores eran avisados, varias cuadrillas salían remando intentando llegar lo más rápido posible, y lo más importante, llegar antes los pueblos vecinos. Esto derivó en uno de los deportes más populares de la cultura Vasca: Las Regatas de Traineras.
Para más información sobre la pesca de ballenas en el Mar Cantábrico puedes ver el Museo de San Telmo y en el Aquarium. También en los artículos o libros:
- Rafael González Echegaray en su libro «Balleneros cántabros»
- Libro Balleneros Vascos por Jose María Unsain (libre acceso al pdf)
- «Basque whaling arround Iceland«
- «Los Vascos y la Caza de las ballenas» J.M. Pérez de Ana
- Wikipedia: «Los balleneros vascos«
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